Desde hace tiempo mis libros se preguntan sobre el sentido de la vida. Sobre el significado profundo de la existencia.

En estos últimos tiempos, viviendo como eremita, -un dia les hablaré sobre mi eremo construido encima de un espolón de roca y rodeado de bosques, visitado por ciervos, sus cervatillos y de jabalies- paso los dias revisando mi pasado, mis experiencias, mis conocimientos, mis acontecimientos vividos, y me doy cuenta que desde niño siempre he buscado y me he preguntado la razón de mi existír.

Ahora estoy seguro: soy un buscador.

Si bien reflexiono, pero, frecuentemente me he perdido, y a veces he creído de ser un amante, he vivido con pasión mis amores, creyéndolos definitivos, pero después algo siempre me ha reconducido sobre la senda de la búsqueda profunda de mi existír.

He vivido también como huérfano, en la búsqueda de protección, de seguridad, pero siempre algo me ha vuelto a llevar en la senda de la búsqueda y de la creatividad, huyendo de la no autenticidad de las personas que me rodeaban.

Fuí tambíén loco, con una desefrenada alegría de vivír.

Un guerrero que afronta con ánimo a cara descubierta a sus enemigos, sobre todo sus problemas, sus dragones, sus demonios.

Por cierto fuí un terapeuta de éxito, he enseñado a saber transformar las cosas negativas en positivas, a dar sentido.

En fin, reconozco que la búsqueda sigue, huyendo a la mentira, al conformismo.

Este elenco de arquetipos se refiere a mi, pero tú tambíen que me estás leyendo busca los tuyos. Cada quien de nosotros los poseemos.

Todos han amado, sufrido, se han alegrado, pero si no se busca el sentido profundo del propio existír, cualquier riqueza económica, cualquier poder o éxito son nada.

Más allá de los bienes materiales, se puede tener una vida familiar feliz, ir a la iglesia pero, si no se sabe quién somos, en profundidad, no se sabe el porqué de nuestro existir, todo se hace insuficiente, sin sentido.

Insensato.

Tambíén quien vive intensamente la propia vida, con pasión, si no sigue la propia misión profunda, que habita en cada ser humano, se siente en todo caso descontento, vacío, sin significado.

En todos mis libros he hablado de la importancia de ser sinceros consigo mismos, auténticos, de ir a la profundidad en la propia interioridad, a hacerse las preguntas fundamentales, profundas y eternas que marcan cada uno de nosotros.