Pero la vitalidad, la energía, que producen ganas de vivir, ganas de trabajar, lance, entusiasmo, alegría, no deben ser dejadas a solas, sino siempre cuidadas.
Sólo si se permanece íntegros, coherentes, humildes, dignos, se puede no perder la vitalidad, la energía personal.
Conozco a muchos manager que han perdido desde tiempo su dignidad, y, sin darse cuenta, con ella han perdido también su vitalidad.
Por esto se hicieron crueles, malos.
1 Commento
Valerio, conosci il mio capo per caso?